Naciones Unidas, 25 sep (Prensa Latina) El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó hoy como existencial el riesgo por el aumento del nivel del mar, una amenaza que demanda mayor financiamiento de los países desarrolladas mientras impacta principalmente al Sur Global.
Durante la instalación de una reunión de alto nivel para abordar este desafío, el titular del organismo convocó a una acción drástica para reducir las emisiones y para la adaptación ante el aumento de las aguas.
Las zonas costeras bajas, donde se estima que vivan 900 millones de personas, enfrentan marejadas ciclónicas intensas, erosión e inundaciones, agua dulce contaminada, cosechas arruinadas, infraestructura dañada, biodiversidad destruida y economías diezmadas, alertó.
«Así es como se ve la injusticia climática», dijo Guterres al lamentar estos efectos en naciones en desarrollo como Bangladesh, Panamá o Senegal.
De acuerdo con el alto representante, las consecuencias del aumento del nivel del mar podrían ser peores si no se actúa rápidamente.
«Para algunos esto podría ser existencial: islas enteras perdidas; comunidades costeras destruidas a medida que las tierras se vuelven inhabitables e imposibles de asegurar», añadió en la cita convocada en el contexto de la semana de alto nivel de la Asamblea General.
A la par, el desplazamiento masivo aumentaría la presión sobre los escasos recursos en otras partes; y el comercio mundial, los sistemas alimentarios y las cadenas de suministro se verán afectados a medida que se dañen los puertos, las tierras agrícolas y las pesquerías.
«El aumento del nivel del mar no solo cambiará las costas, sino también las economías, la política y la seguridad», consideró Guterres.
Entre otras acciones, el máximo responsable de la ONU urgió a eliminar gradualmente los combustibles fósiles, de manera rápida y justa, en particular a los países del G20, responsables de alrededor del 80 por ciento de las emisiones.
Asimismo, reclamó mayor financiación para la venidera COP29 junto a contribuciones significativas al nuevo Fondo de Pérdidas y Daños, como un paso hacia la justicia climática.
Las naciones desarrolladas deben duplicar la financiación de la adaptación a por lo menos 40 mil millones de dólares al año para 2025, y demostrar cómo cerrarán la brecha financiera de la adaptación, insistió.
«Tenemos que reformar los bancos multilaterales de desarrollo para que sean más grandes, más audaces y capaces de ofrecer financiación mucho más asequible a los países en desarrollo», agregó.
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